- Voy a ponerte contra
las cuerdas: ¿cómo ves la poesía contemporánea, en especial la más joven?
- Hay grandes voces jóvenes que tienen mucho que contarnos. Pero no voy
a negar que la juventud suele venir acompañada de atrevimiento y en algunos
jóvenes (no todos) hay cierta tendencia a querer ‘modernizar la poesía’ como si acaso ésta requiriera un cambio de
peinado o de algún piercing en el
ombligo. Comprendo que el poeta busque renovarse o llamar la atención del
lector desde el escándalo intencionado, pero en algunos casos puede rozar
peligrosamente lo estrafalario, y esa extravagancia que algunos llamarán ‘cambio de look’ necesario, acaba traduciéndose
en una pérdida de modales. Y no hay que perder
el respeto a los mayores, con esto quiero decir que en la poesía no hay que
perder el respeto a nuestros clásicos, a los grandes maestros que siempre
cuidaron las formas y nos dieron gran ejemplo de buena poesía.
- ¿Hay futuro para la
poesía?
- Quiero creer que sí aunque temo ese estado de apatía cultural al que
quieren llevarnos también los inventores de esta crisis. Lamentablemente si no
se invierte en cultura, la poesía tendrá sus días contados y los poetas seremos
cadáveres de otro siglo.